Tomar un café ya es un lujo y hay desabastecimiento

Se sumó a los faltantes de papel higiénico y otros rubros de perfumería y limpieza, complicados por las restricciones a las importaciones.

Café de Buenos Aires. Foto NA



BUENOS AIRES (NA) — Los fabricantes de café negocian contra reloj para que el Banco Central y la Aduana habiliten el ingreso de café a la Argentina, en medio de las restricciones cambiarias.

El desabastecimiento se sumó a los faltantes de papel higiénico y otros rubros de perfumería y limpieza, complicados por las restricciones a las importaciones.

A los fabricantes de café se les redujo el cupo de importación y por eso desde las cadenas de cafeterías y los fabricantes advirtieron que peligra el abastecimiento.

Se trata de un insumo que la Argentina importa completamente desde Brasil y Colombia.

Además, el café aumentó 150% su precio en el último año, por problemas climáticos que afectaron la cosecha.

Lo que se adquiere por afuera de los cupos, establecidos en dólares, y no en volumen, comparados con 2020, en plena pandemia, se tiene que comprar a 180 días y nadie acepta estos plazos.

Por eso el sector debe salir a buscar financiación en el exterior.

Estas líneas de crédito son caras o directamente inaccesibles y encarecen el producto.

El sector está negociando con el Banco Central a través de la Cámara Argentina del Café y de la Copal, que agrupa a las alimenticias.

Piden respetar la “temporalidad”, dado que durante el invierno la importación es mayor.

También que se les baje el lapso de pago de los 180 días a 60 o 90.

Marcelo Salas, socio fundador de la cadena Café Martínez, alertó que la incertidumbre es “total”. “El stock varía según los diferentes locales pero en líneas generales tenemos para unos 60 o 70 días”, explicó.

“Si bien va entrando de a poco y le damos prioridad a nuestros franquiciados, no entra lo que necesitamos”, graficó.

Las empresas están evaluando importar café desde Guatemala y Honduras.

En el mercado local, sólo se tuestan los granos de café que luego se muelen y son envasados por los fabricantes.

Pero no todo es pesimismo: Martín Cabrales, referente del sector, se mostró confiado en que el tema “se va a solucionar próximamente, aunque sea en forma parcial, porque se tiene que ocupar el Banco Central”.

Como argumento ante el Gobierno, los fabricantes sostienen que el café es materia prima, no un bien terminado ni suntuario.

Consumo

De acuerdo con datos del INDEC, el café molido de 500 gramos aumentó en un año 116,7%: en abril de 2021 costaba $295,12 y en el mismo mes de este año, subió a $639,71.

El precio de un cortado o una lágrima, por ejemplo, se ubica en torno a los 400 pesos.

En Starbucks, el café Latte cuesta $670, mientras que el mocha (incluye chocolate) se va a $730.

En los bares porteños, un café doble cuesta entre $430 y $520, dependiendo el lugar.

El director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, explicó que entre las causas de que el café aumente se incluye que hubo “pocos dólares que otorgaba el Banco Central, de acuerdo con la nueva métrica que considera para que se pueda importar, y esa métrica dejaba afuera a los cafeteros”.

“El precio del commodity del café subió en términos nominales y parecería ser como que importaban más café: pero se estaba importando menor volumen a mayor precio”, detalló.

 Di Pace dijo que se necesitan “más dólares para importar la misma cantidad de volumen. Eso hace que esa métrica no resulte, y que en definitiva haya problemas para importar café y derivarlo, tanto a venta hacia el consumidor final, e incluso a las propias cafeterías, que utilizan los granos para el expendio en bares y confiterías”.

Según la Cámara Argentina de Café, en el país se consume 1 kilo de café por habitante al año, unas 44 mil toneladas.

La Argentina se ubica lejos de los países en los que más se bebe café, como Finlandia, con 11 kilos al año.

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