NEUQUÉN (ED). — El intendente Mariano Gaido había prometido convertir a Neuquén en la capital de Vaca Muerta (condición que, hasta donde se sabe, ostenta Añelo, pero en fin). Y tan decidido está que hasta viajó recientemente a Houston (Texas, EEUU) para tomar nota del modelo de la urbe que se desarrolló y se desarrolla al amparo de la explotación de petróleo y gas no convencional.
No se sabe si lo logrará. Pero no hay dudas de que la idea es buena y que el esfuerzo vale la pena.
Por lo pronto, lo que hay en Neuquén son vacas vivas y se pasean libremente por las plazas y espacios públicos del barrio Bosch, con el consecuente peligro para todos quienes transitan por ahí; especialmente niños y vecinos con movilidad reducida.
Se dice que los animales están algo así como “época permanente de engorde” con las pasturas que tanto cuesta hacer crecer en esos lugares. También se comentan que son de una chacra cercana. No se sabe si se escapan o si las dejan salir, pero lo que quieren los vecinos es que “alguien del municipio” se acerque para poner las cosas en orden (y las vacas en el corral).
