Algo huele mal en la capital neuquina

Las aguas pestilentes y sus desagradables aromas colmaron la paciencia. Ahora el desborde cloacal está judicializado.




NEUQUEN (ED) — Líquidos pestilentes corriendo por la calle, olores nauseabundos y riesgos de infección. El derrame de líquidos cloacales colmó la paciencia y la Defensoría del Pueblo interpuso un amparo ambiental, para que la Justicia le ordene a la Municipalidad de Neuquén y al EPAS que hagan cesar los desbordes en las calles Rufino Ortega, Nogoyá y Salto Grande del Barrio Huilliches.

El secretario de Coordinación e Infraestructura del municipio, Alejandro Nicola, dijo que el problema surgió en una obra concebida precisamente para ampliar los colectores cloacales y solucionar definitivamente un viejo problema; pero mientras los operarios realizaban la obra, se produjo un derrame que se prolongó durante varios días.

Ahora la Defensoría que dirige Ricardo Riva solicitó que dispongan la absorción diaria de los líquidos cloacales acumulados en la vía pública, hasta tanto se garantice el servicio de saneamiento. Del mismo modo, requirió el desagote de los pozos ciegos de las viviendas en Salto Grande y Rufino Ortega, hasta Collón Curá, por calle Salto Grande y las de calle Nogoyá desde Collón Curá hasta Rufino Ortega según la necesidad de los vecinos.

“El nivel crítico de la problemática ambiental que padecen los vecinos, así como la dilación de las obras propuestas por las autoridades competentes durante los últimos 11 años, y a pesar de haber actuado por las vías administrativas e incluso facilitando el diálogo para lograr avances, la Defensoría del Pueblo no encuentra otra opción que la vía judicial”, dijeron desde ese organismo.

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