NEUQUÉN (ED). — La pérdida de poder adquisitivo -producto de la inflación cotidiana- las restricciones horarias y los cuidados producto de la pandemia, llevaron a que infinidad de neuquinos viajen en taxis o remises sólo en casos de extrema necesidad.
La situación es complicada. Y, para colmo de males, la ciudad capital se encuentra a las puertas de un eventual aumento, que podría llegar a desalentar a más potenciales pasajeros.
Ya han comenzado a circular rumores según los cuales la bajada de bandera se iría bastante por encima de los $100, en cuestión de semanas; quizá días. Tal es así que hasta difundió el cuadro tarifario por venir: diurna, $97.50 y nocturna, $112.10, en el caso de los taxis.
Mientras que en los remises el golpe al bolsillo sería aún más contundente: $112,10 y $128,90 respectivamente.
Julio es apuntado como el mes del tarifazo, pero la fecha no es precisa. Por lo pronto, la cantidad de viajes ha descendido al ritmo de la segunda ola y de la constante suba en los precios, en especial de los alimentos, que siguen horadando la capacidad financiera de la inmensa mayoría de las familias, no sólo en Neuquén sino en todas y cada una de las ciudades del país.
