Carta del pastor Márquez al director de Culto

“Me temo que se está avanzando sobre la Libertad de Conciencia, de Culto, y de Enseñanza”, escribió el religioso.

Hugo Márquez Foto ED



NEUQUÉN (ED). — El pastor Hugo Márquez, referente de la Iglesia Jesús es Rey, le envió una carta al director provincial de Culto, Hugo Martini, referida al conflicto que se generó tras la distribución de un panfleto que las autoridades del Colegio AMEN hicieron repartir entre los alumnos de primaria. Esta es la carta:

“Que la Paz y Sabiduría de nuestro buen Dios le esté asistiendo en la responsabilidad que le ha sido asignada, como también en todo lo que hace a su vida personal y familiar. Me dirijo a Ud en su carácter de Director Provincial de Culto, ya que de alguna manera parte de su deber es velar por el estricto cumplimiento de las Libertades y Derechos que nos asisten a las Iglesias que estamos bajo su responsabilidad pública.

Si bien el hecho al cual quiero hacer referencia se desarrolló en el Colegio Bautista de la Mutual Evangélica AMEN, es importante resaltar que la Iglesia Bautista “JESÚS ES REY”, la cual presido, es la inspiradora, fundadora y guía espiritual del Colegio aludido. En ese sentido deseo manifestarle que, como comunidad cristiana, nos sentimos agraviados por aquellos funcionarios de gobierno que han usado una frase bíblica, para denostarnos, acusarnos, perseguirnos agitando la opinión pública por medio de la prensa. La frase aludida es una enseñanza, un principio cristiano que se encuentra en La Biblia ¿Nos están forzando a negar nuestra fe o a abandonar nuestro fundamento que es la misma Palabra de Dios?

Nos llama la atención que funcionarios de este gobierno estén consintiendo en colocar La Biblia en un Index de Libros Prohibidos, o que la mutilen diciendo que podemos y que no podemos enseñar de la misma ¿Estamos retrocediendo en los tiempos, regresando a cuando el estado nos decían que creer o no creer; que leer y que no leer? Me temo que se está avanzando sobre la Libertad de Conciencia, de Culto, y de Enseñanza. Puedo entender que no esté de acuerdo con nuestros pensamientos, pero no estoy de acuerdo en que nos limiten en nuestras creencias, que pretendan reglamentar que debemos creer y enseñar.

¿Qué le pasa a nuestra sociedad neuquina que está elevando su nivel de intolerancia y agresividad? ¿Por qué el estado ampara esos signos de intolerancia al que piensa distinto? ¿No somos una Sociedad Democrática? ¿No somos ciudadanos libres e iguales? ¿Quién se arroga la autoridad para imponer un pensamiento único a todos? ¿Tanta influencia tiene el gremio sobre la educación, tanta injerencia tiene la prensa sobre el gobierno?

En este sentido, vale la pena recordar que en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos expresa: que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias.

El mismo art. 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos asegura que todos tenemos derecho a nuestras propias creencias, a tener religión o a no tenerla. Y que los creyentes de todas las religiones deberían tenerlo garantizado por el estado.

La oficina del Alto Comisionado de la ONU, para los Derechos Humanos, en la Observación general Nº 22 del 48º período de sesiones llama señala la atención de los Estados. Partes el hecho de que la libertad de pensamiento y la libertad de conciencia se protegen de igual modo que la libertad de religión y de creencias. El carácter fundamental de estas libertades se refleja también en el hecho de que, tal como se proclama en el párrafo 2 del artículo 4 del Pacto, esta Disposición no puede ser objeto de suspensión ni en situaciones excepcionales.

Por eso, el Comité ve con preocupación cualquier tendencia a discriminar cualquier religión o creencia, en particular las más recientemente establecidas, o las que representan a minorías religiosas. La libertad de manifestar la propia religión o las propias creencias puede ejercerse individual o colectivamente, tanto en público como en privado.

En 1981, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante dicha Declaración, adoptó lo que hasta ahora es la expresión más completa del Derecho a la Libertad religiosa o de convicciones en el ámbito universal. Se entiende por intolerancia y discriminación basadas en la religión o las convicciones, toda distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en la religión o en las convicciones y cuyo fin o efecto sea la abolición o el menoscabo del reconocimiento, el goce o el ejercicio en pie de igualdad de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales.

Por tales motivos le solicito a Ud su buena gestión para que no retrocedamos en la garantía de nuestros Derechos y Libertades. Que no haya ciudadanos con más derechos que otros ni más libres que otros. Que nadie se arrogue el derecho a decirles a los demás que deben creer, que deben leer, que deben enseñar. Que no nos gane la intolerancia de unos pocos ni la discriminación de los que miran a los distintos con prejuicios; que los funcionarios estén para servir y no para imponer o hacer temer y que el estado vuelva a ser el garante y custodio de la verdadera diversidad ciudadana. Sin otro particular, agradeciendo su atención y gestión, le saluda atte”.

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