Lo que nos enseñó la cuarentena

Opinión por Nadia Márquez.

Salidas recreativas Foto Sebastián Puentes ED



Nadia Márquez – Abogada y concejal de Democracia Cristiana nadiajudithmarquez@gmail.com

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El aislamiento, la cuarentena y el distanciamiento, pese a su proposición inicial para cuidarnos, sin duda alguna generó efectos devastadores para la economía, para la salud emociona (y física también en muchos casos). En medio de tanta adversidad, debemos poder encontrar las enseñanzas que dichas adversidades nos han dejado. Necios seríamos de no aprender en medio de la dificultad.

Seguramente, si dejando pasar el enojo o la molestia, podremos percibir las lecciones que esta cuarentena nos ha dejado: 

Que la vida importa. Que no da igual vivir muchos o pocos años; que la muerte nos duele ya sea por el deceso de una persona sana, o con muchas enfermedades pre existentes. Que realizamos todo este esfuerzo para preservar nuestra vida y la de quienes nos rodean, y que cuando las “papas queman”, todos entendemos lo que es proteger la vida.

Que la familia importa. Sin importar cuán perfecta o imperfecta sea nuestra familia, nos hemos desesperado por verla, por hablar por teléfono con sus integrantes; hemos contado las cuadras que nos separan, o los kilómetros; hemos realizado llamadas y video llamadas, volvimos a hablar con ese pariente que no hablábamos, y añoramos volver a reunirnos para almorzar o cenar, mientras ya vamos pensando en cómo pasaremos las fiestas. Es que cuando lo verdaderamente importante está en juego, nos damos cuenta la relevancia de la familia.

Que los amigos importan. Todos los amigos, los que veíamos siempre, y con quienes no estábamos con frecuencia. Valoramos sus palabras, su aliento, el ir a tomar mates y que alguien simplemente nos escuche y escuchar a otros. Que importa tener cerca y contar con ellos, que importa abrazarlos y reírnos juntos. Que aún con errores o imperfectos, los amigos son el mejor complemento para disfrutar la vida.

Que el vecino importa. Ya nos aprendimos el nombre del vecino que no conocíamos, y averiguábamos si estaba bien, si le habían dado de alta, o si su familia precisaba algo. Seguimos los partes médicos, nos dolimos con ellos y nos alegramos con ellos. El vecino tomó valor, y ya no es un NN, ya tiene cara y nombre.

Que la libertad importa: la libertad de transitar libremente por nuestras ciudades, provincias y país; la libertad de salir o no en cualquier momento importa. Que la libertad de decidir trabajar o no, importa; que la libertad de escoger a qué hora ir con los niños a la plaza, importa; que la libertad de elegir cómo cuidarnos, importa; que la libertad, importa.

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