BUENOS AIRES (NA) — Se vienen tiempos difíciles para los bolsillos que llegaron hechos trizas al fin de la era Alberto. Se dice que habrá ajustes a nivel nacional y recortes de gastos en la provincia de Neuquén.
Pero ¡A no dejarse arrastrar por la mala onda!, porque el intendente capitalino, Mariano Gaido no renuncia al jolgorio y confirmó la Fiesta de la Confluencia que será en febrero y que, como suele decirse, ¡Tendrá más noches que la Luna! Todas con artistas consagrados, de esos que no tocan precisamente gratis.
Después habrá que ver si quedan recursos para baches, mantenimiento de espacios verdes, demarcación de sendas peatonales, pavimentación de calles y esas otras cuestiones, más bien mundanas.
“Ustedes saben que prefiero una verdad incómoda antes que una mentira confortable”, dijo Milei esta tarde. Y aclaró que “si bien vamos a tener que soportar un período de dureza, vamos a salir adelante”. Y esa verdad no solo incomoda, sino que mete miedo en medio de tanta malaria.
Tras lamentar que recibió “la peor herencia”, el presidente advirtió que la economía “empeorará” en el corto plazo, pero luego “habrá luz al final del túnel”. En la ciudad de Neuquén también hay luz, pero con tarifazo de CALF (aunque esa es otra historia, o más que una historia, una desventura).
Unas horas antes, Figueroa había anunciado su plan de recortes de gastos que, entre otras cosas, incluirá: la disminución en un 50% de los cargos políticos, el fin de la asignación de camionetas a funcionarios, la detección de ñoquis (para rajarlos, como corresponde), la revisión de los últimos pases a planta permanente en la administración pública provincial y el reclamo para que de todos los responsables de la estafa con planes sociales terminen presos.
Tras los discursos de Milei y de Figueroa, Gaido inició su segundo mandato consecutivo y garantizó que pese a todo habrá fiesta; así que a bailar (aunque sea con suelas gastadas) y a gritar bien fuerte: ¡Que no decaiga!
