Russo y Boca, 12 años después

Los desafíos del nuevo entrenador de Boca que deberá darle su impronta a un equipo sin enganches, adaptarse a Carlos Tevez y echar mano de las inferiores.




BUENOS AIRES (ED) – La llegada de Miguel Russo a la Bombonera evoca recuerdos de gloria del club que necesitará este próximo año reponerse en lo futbolístico más allá de lo que haga su primo directo, River. 

La gran diferencia que tendrá el Boca 2020 de Russo con respecto al de 2007 es sin dudas la presencia -o no- de Juan Román Riquelme, quien en esa ocasión volvió de Europa por 14 millones de dólares y ahora es dirigente “xeneize”.

En aquella ocasión, Russo hizo debutar en la primera de Boca a un joven de 17 años, llamado Ever Banegas, y el mediocampo que le ganó a Gremio en Brasil tenía además a Pablo Ledesma y Neri Cardozo, otros dos chicos surgidos de la cantera boquense.

Ahora Russo tiene como joven de las divisiones inferiores a Nicolás Capaldo, en la zona del mediocampo, que se suman a Marcelo Weingandt, Agustín Obando, Brandon Cortés y Marcelo Torres.

Pero sin dudas la ausencia más notoria será la del propio Riquelme, quien ya no utiliza los pantalones cortos y es el dirigente que lo fue a buscar para que se haga cargo de este presente del club.

A Russo siempre le gustó jugar con “enganche”, en Boca era Riquelme, y en Vélez lo tuvo a Leandro Gracián, por lo que ahora deberá definir si trae a alguno, o bien utiliza lo que hay en el plantel, ya sea Kevin Mac Allister o Mauro Zárate, entre otros.

La figura de Carlos Tevez, tan controversial en el ciclo de Gustavo Alfaro, será uno de los puntos a tratar desde el mismo arranque de su tarea, algo en el que también tomará injerencia Riquelme.

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