La última conversación del empresario descuartizado

Surgió de la declaración de un testigo reservado acerca del encuentro de Fernando Pérez Algaba con deudores en General Rodríguez.




BUENOS AIRES (NA) — Trascendió la última conversación que tuvo Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, el empresario que apareció descuartizado en el partido bonaerense de Lomas de Zamora.

Surgió a partir de la declaración de un testigo reservado y que se relaciona sobre el encuentro que tuvo Algaba con los deudores y ex amigos, Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, en General Rodríguez.

“Maxi me cagó, estoy yendo para el campo”, le dijo el empresario al testigo de identidad reservada el pasado 18 de julio, última vez en el que su celular se activó. 

“A mi me dio miedo que pase una situación rara porque Fernando estaba yendo para el campo con un amigo y además dijo que Maxi ‘lo cagó y que le tenía que dar plata’, pero desconozco si le entregó o no el dinero”, explicó el testigo.

Según la investigación, “Lechuga” se iba a encontrar en un descampado con dos deudores y después de esa reunión no se supo nada más de Algaba hasta que su cuerpo fue hallado descuartizado en el arroyo del Rey en la localidad de Ingeniero Budge, partido bonaerense de Lomas de Zamora.

Aquel día Pilepich debía entregarle 60 mil dólares para saldar una deuda de 150 mil que tenía con Algaba. Para estar seguro de que el acuerdo se iba a realizar, “Lechuga” se había quedado con una camioneta BMW Land Rover modelo Range Rover Evoque.

El testigo también contó lo que sabía de la vida privada del empresario: “Era operador en la bolsa de valores, o que ‘trabajaba en la bolsa’; que nunca escuchó conversaciones y/o audios de Whatsapp donde la víctima u otras personas se intimidaran o amenazaran”.

Asimismo, señaló que el fin de semana anterior al crimen habló con él y que lo notó “raro” y “distante”: “Eso me llamó la atención”.

“El día 18 cuando intenté contactarlo nuevamente me contestó ‘estoy descompuesto, me está llevando un amigo’, y al intentar llamarlo me atendió rápidamente y me dijo ‘Estoy yendo al campo, después te llamo'”, agregó.

Aunque por el momento no hay indicios claros sobre qué ocurrió con Algaba, la causa tiene un detenido. Se trata de Alma Nicol Chamorro, una mujer trans de 35 años que sería la dueña de la valija dónde aparecieron parte de los restos del empresario.

La Justicia determinó que la mujer es culpable del delito de partícipe secundaria de homicidio y quedó imputada formalmente en la causa.

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