Caso Belsunce: seis balas sobre la mesa y protagonistas ausentes 




BUENOS AIRES (NA) — Nicolás Pachelo ingresó a la sala audiencias del entrepiso de los Tribunales de San Isidro poco antes de las 11 de la mañana. Vestía una campera negra, un suéter gris por debajo, jean azul oscuro y zapatillas. Se lo vio con menos pelo, más canoso, la piel curtida y el mismo gesto adusto de siempre. A diferencia de la vez anterior que estuvo en ese mismo recinto, en 2007, cuando declaró como testigo en el primer juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, ahora llegó en calidad de acusado por el delito de coautor del delito de homicidio agravado.

En la sala faltaron los protagonistas más conocidos de esta historia: el viudo Carlos Carrascosa; el hermano y los medios hermanos de la víctima, Horacio García Belsunce, John e Irene Hurtig; la vecina del country Carmel Nora “Pichi” Taylor; y la masajista Beatriz Michelini, entre otros. ¿La razón? Todos tienen que declarar como testigos antes de poder acceder al debate como público. .

El sector reservado al público estuvo ocupado más que nada por periodistas y algunos funcionarios judiciales de San Isidro que no tienen participación en el debate, pero que lo siguen atentamente, como el fiscal general de ese distrito, John Broyard, quien también fue fiscal de juicio en el primer debate.

En el estrado se ubicaron los jueces del Tribunal en lo Criminal N° 4 Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin. A la izquierda de la sala, los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González, mientras que a su lado, en otro escritorio y separados por una mampara de las que se popularizaron por la pandemia de Covid-19, la querella que representa a Carrascosa encabezada por el abogado Gustavo Hechem.

Enfrente se ubicaron todos los abogados defensores con los acusados detrás: los ex vigiladores del Carmel Norberto Glennon (57 años) y José Ortiz (45), y también Matías Osvaldo Marasco (43) e Iván Alfredo Martínez (34), estos dos últimos señalados de integrar la “empresa criminal” liderada por Pachelo (46) para cometer robos en countries bonaerenses, aunque sin relación con el homicidio.

La única cara conocida del caso Belsunce, además de Pachelo, fue la de su abogado Roberto Ribas, quien durante toda la investigación y los dos juicios anteriores mantuvo una buena relación con la prensa y, en especial, con el fiscal Diego Molina Pico. Esta vez, Ribas se mostró reacio a hablar con los medios y argumentó que es porque “el tribunal no me deja”.

El debate empezó con la presentación del fiscal González, quien explicó en detalle como fueron los robos ocurridos en Nordelta, Tortugas y otros countries, entre 2017 y 2018, siempre bajo una misma modalidad y que tienen a Pachelo, Marasco y Martínez como imputados. Lo sorprendente fue cuando reveló que el monto de lo robado en esas casas, a las que en su mayoría accedieron con llaves porque pertenecían a conocidos, asciende a 120.000.000 de pesos.

Luego vino la enérgica exposición del fiscal Ferrari, quien con un tono firme acusó a Pachelo de haber asesinado a María Marta y aseguró que en el transcurso del debate lo probará. Ferrari trató al acusado de “psicópata, narcisista y ludópata empedernido, capaz de matar y mucho más”. .

Pachelo, que solo se puso el barbijo cuando entraron los fotógrafos, para evitar que tomen fotos de su rostro al descubierto, lo observó sin inmutarse, y apenas atinó a humedecerse los labios con la lengua.

En un momento, Ferrari se detuvo, corrió una mesa hacia el centro de la sala y apoyó en ella una bala, la primera de seis. Lo hizo para enumerar las pruebas que tiene sobre el acusado. El número seis no fue elegido al azar, sino que representa la cantidad de disparos que recibió María Marta en la cabeza aquella tarde lluviosa y fría del 27 de octubre de 2002.

“Han transcurrido casi dos décadas sin que el Estado haya sido capaz de dar una respuesta, no solo a la víctima sino también a la sociedad en su conjunto. Vamos a presentarles una verdad demostrable. Vamos a encontrarle una salida a este laberinto gris”, dijo. Después reconoció los errores en la investigación inicial a cargo de Molina Pico, quien no ordenó de entrada la autopsia, y acusó al viudo y familiares, hoy todos absueltos o sobreseídos. “Se hizo una instrucción defectuosa”, añadió Ferrari.

La audiencia se extendió poco más de dos horas y Pachelo solo habló al principio para presentarse, donde dio sus datos personales y dijo que estudia Periodismo, y luego al final cuando pidió que no quiere quedar alojado en el penal de San Martín tras las audiencias, sino que desea volver a la cárcel de La Plata, donde está cumpliendo con la prisión preventiva por los robos de 2017 y 2018.

En la pelea jurídica, el primer round lo ganaron los defensores porque lograron que el Tribunal decida que el debate comenzará por el crimen de María Marta y no por los robos como planteaba la fiscalía de acuerdo a su estrategia. Eso motivó algunos cruces sobre cómo seguirá el juicio y quiénes serán los próximos testigos.

A casi 20 años del crimen, ésta parece ser la última carta que tiene la Justicia para el que caso no quede impune.

Por Martín Sassone.

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