Sindicalistas llevaron la vagancia a peligroso extremo




NEUQUÉN (ED) — “Nos acusan de vagos” se quejó a lo largo de la última semana Angélica Lagunas, secretaria general de la seccional capitalina del sindicato de los docentes neuquinos (ATEN).

El calificativo de vagos inunda las redes y lo usan ciudadanos cansados de los paros. Esta es la cuarta semana del ciclo lectivo y cuarta de medidas extremas. Tanto que no trabajarán ni un solo día de esta Semana Santa.

Este lunes los sindicalistas fueron por más y llevaron la sinrazón a un extremo peligroso: bloquearon los ingresos a Casa de Gobierno, para que no puedan ingresar quienes quieren cumplir con lo que ellos no hacen. Es decir, cumplir con la básica obligación de trabajar. Los sindicalistas y activistas docentes no trabajan ni dejan trabajar.

Eso ya había quedado penosamente claro durante la última semana, pero en las escuelas. De hecho, circuló por las redes un audio en el que se escucha cómo Lagunas (ex diputada y ex concejal por el Frente de Izquierda) imparte la orden de impedir el ingreso a los establecimientos educativos. Con eso bloqueó a los educadores que quieren cumplir con su obligación de educar. Dicen que los docentes resuelven en asamblea. Si es así, esa orden no fue el caso.

El sindicato llegó a esta medida injustificada luego de sus rechazos sistemáticos a la propuesta salarial del gobierno que aceptó lo que el sindicalismo pedía: la actualización salarial por índice de precios al consumidor (IPC).

El gobierno otorgó ese aumento por decreto y advirtió sobre sanciones a quienes incurran en medidas de fuerza injustificadas, advertencia que tuvo buena recepción por parte de las familias de los alumnos de la educación pública, que ya perdieron marzo y arrancaron este ciclo lectivo en desventaja respecto de sus pares del sistema privado.

El sindicalismo y activismo dice defender a la educación pública, pero no hace más que dañarla y darle letra al presidente Javier Milei, quien está dispuesto a darle carácter de esencial a la educación para evitar estos abusos. Para ello necesita el respaldo de los legisladores.

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