Otra realidad es posible

Miles de hábitos estructurales impiden avanzar con el apropiarse de nuevos alimentos.

Foto ilustrativa Facebool Jaqueline Fierro ED



Carlos Coggiola -abogado y diputado de Democracia Cristiana

ccoggiola@legnqn.gob.ar

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Años dedicados a acompañar personas en sus cambios de hábitos. Le puse ese nombre, porque para mí, un hábito es una conducta aprendida y repetida en el tiempo. 

Por lo tanto involucra desde lo que comemos hasta lo que pensamos, pasando por lo que sentimos, hacemos, decimos, consumimos, reaccionamos…

Cómo este concepto aún no está muy comprendido (el hecho de que podemos cambiar hábitos de pensamientos), la gente llega a la consulta pidiendo un cambio de hábitos alimenticios. Con suerte alguno se anima a la incorporación de un hábito depurativo. 

Pero si hablamos del pensar, propiamente dicho, miles de hábitos estructurales impiden avanzar con el apropiarse de nuevos alimentos.

El chucrut lleva un tiempo, las leches de semillas hay que dejarlas hidratando el día previo, la limpieza de higado exige no cenar. Pero ¿qué pasa si la cena es el único momento que una pareja se mira a la cara ? (Con suerte). Qué pasa con esa madre que quiere imponerle algo verde a sus hijos que nunca la vieron comer tranquila?

¿Qué pasa con ese ser que se quiere ocupar de su salud pero que trabaja ocho horas al día de algo que no le apasiona?

¿Qué cosas despierta la depuración en alguien que se está conteniendo las ganas de viajar, de separarse, de renunciar pero que el miedo a la falta de dinero, de afecto o de reconocimiento se lo impiden?

¿Qué pasa si sana con su madre y entiende que ya no es responsable de ella, y es libre?  ¿Y que si detrás del miedo al encierro hay un miedo a la libertad?

Animarse a cambiar de hábitos es animarse a pensar distinto.

En un mundo lleno de miedo disfrazado de barbijos, de bandos perpetuando la polaridad en izquierdas y derechas , en COVID vs CDS. En culpas teñidas de la supuestos “portadores asintomáticos”, animarse a pensar distinto es dejar de ver los problemas del afuera para ocuparse de los de adentro.

Es mirar esa guerra que sucede en la ventana y mirar la oportunidad. La oportunidad de renacimiento, de volver al único mundo que podemos cambiar. El de adentro. 

Si siempre quisiste hacer chucrut, es ahora. Si siempre quisiste plantar hojas verdes en el balcón para el jugo, es ahora. Si te debes una charla, unas constelaciones, un emprendimiento guardado en el cajón, ahora es el tiempo.

Porque estamos en guerra, sí. Van a haber más muertes. Van a salir vacunas y antivacunas. ¿Qué realidades vas a crear? ¿Qué vas a elegir pensar ? Por qué a lo que des fuerza será tu verdad interna reflejada en externa. 

Y si soltás los bandos, y de una vez por todas te ocupas de vos.

Esta es la oportunidad de sincerarse. ¿De verdad crees en ese sistema económico de deudas y escapadas de fin de largo? ¿De verdad querés estar donde estás?

Si la cuarentena llegó para quedarse, mejor que te agarre feliz. Si llega la muerte, que te agarre viviendo.

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