NEUQUÉN (ED) — El Instituto Balseiro tendrá por primera vez una mujer como vicedirectora. La Doctora en Ingeniería Nuclear Graciela Bertolino deberá coordinar las carreras de Ingeniería nuclear, mecánica y en telecomunicaciones y administrar los posgrados asociados a tales campos disciplinares.
Bertolino es cordobesa, realizó su posdoctorado en Francia, trabajó un tiempo en el CNRS, el centro de investigación científica más importante de allí y decidió volver al país gracias al Plan Raíces en el 2008, año en que comenzó a trabajar como investigadora del Conicet y docente en el Balseiro. Afirma que regresó al país porque quería devolverle al Estado argentino lo que le había dado y expresa “fui formada en la educación pública, así que me considero una privilegiada”.
Esta designación al cargo no es realmente la primera, dado que en los 60 Verónica Grünfeld fue vicedirectora del área de Ciencias del Instituto, pero jamás fue efectivizado su nombramiento. En este contexto actual, la acompañan en conducir organismos nacionales Ana Franchi, la segunda mujer en dirigir el Conicet y Susana Mirassou, a cargo del INTA. Bertolino afirma que “felizmente” la sociedad está cambiando y las mujeres pueden protagonizar cargos jerárquicos que antes no se permitían.
Su objetivo en la prestigiosa institución académica de Bariloche es modernizar los planes de estudio de las carreras de grado y motivar a las jóvenes a que se animen a elegir estas carreras. Además, opina que no muchas mujeres acceden a estos cargos por un problema cultural y señala que es difícil moverse en espacios predominantemente masculinos.
Respecto a la mala fama de la energía nuclear en Argentina, explicó que si bien está vinculada a la generación eléctrica, tiene más potencialidades. A su vez, explicó que si es bien tratada, controlada y monitoreada, no debe ser peligrosa.
“Evidentemente, el gran problema de la nuclear son los residuos. Si aprendemos a tratarlos puede ser considerada como una energía limpia porque no emite gases de efecto invernadero, como lo hacen las otras fuentes convencionales de producción. No es fácil convencer a la gente sobre esto. Creo que un buen inicio sería educarla en estos temas, que todos conozcan qué pros y contras tienen todas las energías, incluso las basadas en petróleo, sol, carbón y viento”, concluyó.
