NEUQUÉN (ED) — Este fin de semana, por el aumento del caudal del río, hubo 84 rescates de bañistas sobre la costa del Limay. El incremento respecto a la semana pasada es de 34 personas auxiliadas y los motivos son variados y están relacionados a la falta de conciencia ciudadana.
Si bien las condiciones son más riesgosas por el aumento del caudal, la aún persistente turbidez del agua y la velocidad que el río adquiere en determinados brazos y pozones, Ariel Tarifeño, delegado del sindicato de guardavidas, explicó que gran parte de los casos se deben a que los vecinos deciden bañarse en espacios no habilitados.
Estas decisiones peligrosas se ven en la Isla 132, que aunque continúa sin estar habilitada, lograron colocar guardias preventivas para aumentar la seguridad. Lo mismo se realizó en la Linares al fondo, frente al club BPN.
Sin embargo, en los balnearios también se debieron realizar rescates: el Gustavo Fahler y el Sandra Canale son los espacios que registran más asistencias a bañistas: 43 y 30, respectivamente. En este último, los guardavidas señalan que el primer puesto es el más peligroso, dado que se forma una “canaleta en el medio del río” que pone en riesgo a niños y adolescentes.
En el Sandra Canale también destacan el peligro de aquellos nadadores que deciden cruzar hasta la isla Verde: “los que logran llegar, llegan muy justo y algunos no alcanzan a llegar”, afirmó Esteban Hugo, guardavidas de ese espacio.
Finalmente, mencionaron el riesgo que supone otra práctica común de los balnearios habilitados. Los jóvenes que deciden arrojarse al agua desde los puentes ubicados entre la isla 132 y el río Grande y el de balsa Las Perlas, que une Valentina Sur con Río Negro. Si bien el Limay experimenta una crecida significativa, la caída puede ser riesgosa por múltiples factores, que incluyen golpes contra ramas, piedras, o el mismo fondo del río.
