BUENOS AIRES (NA) — El ex jefe del Ejército César Milani afrontó hoy la primera audiencia del juicio oral y público en su contra por la desaparición del soldado Alberto Agapito Ledo, ocurrida durante la última dictadura militar en La Rioja.
El proceso judicial arrancó en la sede del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán y se da dos meses después de que el ex militar fuera absuelto y recuperara su libertad en un expediente que lo investigaba por presuntos delitos de lesa humanidad en esa provincia.
En este juicio, Milani está acusado de la presunta comisión de los delitos de encubrimiento y de falsificación ideológica de instrumento público, mientras que al ex capitán Esteban Sanguinetti las querellas le adjudican los cargos de homicidio calificado y privación ilegítima de la libertad de Ledo.
La jornada comenzó con la lectura de la acusación fiscal y las distintas audiencias se llevarán a cabo los días jueves y viernes.
En la causa se investiga la desaparición del soldado conscripto Ledo, ocurrida en la madrugada del 17 de junio de 1976: Sanguinetti y Milani, que en esa época eran capitán y subteniente respectivamente del Batallón de Ingenieros 141 del Ejército Argentino de La Rioja, fueron los encargados de iniciar un sumario por supuesta deserción.
El tribunal a cargo del juicio está integrado por Gabriel Eduardo Casas, Carlos Enrique Ignacio Jiménez Montilla, Enrique Lilljedhal y Federico Bothamley.
“Tras años de indiferencia del Estado y de algunos organismos de derechos humanos, decidimos acompañar a la familia Ledo. Tenemos un férreo compromiso por Memoria, Verdad y Justicia, y contra la impunidad”, sostuvo el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, respecto al comienzo del juicio oral y público.
El 9 de agosto pasado, el ex jefe del Ejército fue absuelto en la causa en la que se investigaba su presunta participación en dos casos de delitos de lesa humanidad en la provincia de La Rioja y tras ese fallo recuperó su libertad.
El caso investigaba los secuestros y torturas sufridos por Pedro y Ramón Olivera en marzo de 1977, cuando el militar se desempeñaba como subteniente del Batallón 141 de La Rioja.
