La locura de los hinchas esperando la Superfinal

Con el marcador igualado en la ida, la revancha del sábado en el Monumental de River es a todo o nada.




BUENOS AIRES (Reuters) – El clásico entre River Plate y Boca Juniors es famoso a nivel mundial por la rivalidad y la pasión que desata entre los hinchas de los dos clubes más importantes de Argentina. Y el sábado, la “locura” de los simpatizantes será aún mayor cuando lo que esté en juego sea el título más importante de clubes a nivel sudamericano.

Si bien Europa tiene la Liga de Campeones, con todo su dinero, glamour y los mejores futbolistas del mundo, la Copa Libertadores de América cuenta desde las gradas con un espectáculo aparte que le da una atmósfera especial a la competencia.

El partido de ida jugado en el estadio de Boca, La Bombonera, terminó igualado 2-2 el 11 de noviembre, por lo que la revancha del sábado en el Monumental de River es a todo o nada.

“Si perdemos, es el fin del mundo”, dijo Vicente Zucala, un aficionado ciego de River Plate, de 29 años. “Este es un partido muy importante, no podemos perder”.

Boca ganó la Libertadores seis veces y River en tres ocasiones, pero esta es la primera vez en las casi seis décadas del torneo que ambos se cruzan en la final.

Los boletos para los partidos se agotaron en cuestión de minutos y visitantes de todo el mundo viajaron a Buenos Aires para empaparse en la atmósfera del evento.

“River es mi vida, mi pasión”, dijo Byron Stuardo Alquijay, de 33 años, quien llegó desde Guatemala. “Tuve que vender mi auto para llegar aquí. Podría comprar otro auto en el futuro, pero este partido no se repetirá”.

A diferencia del pasado, en la actualidad únicamente los seguidores del equipo local pueden ir al estadio. Los aficionados visitantes no pueden asistir a los partidos de fútbol en Argentina debido a los problemas entre las “barras bravas”, como se conoce a los grupos organizados de hinchas violentos.

“El Boca-River es uno de los clásicos más importantes porque la hinchada tiene mucha pasión”, dijo Cayetano Milon, un aficionado de Boca de 51 años que tiene una tienda cerca de La Bombonera.

“Si perdemos, es el fin del mundo”, dijo Vicente Zucala, un aficionado ciego de River Plate, de 29 años. “Este es un partido muy importante, no podemos perder”.

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